Más del 70% de la energía eléctrica consumida en la India es producida mediante la quema de combustibles fósiles que emiten ingentes cantidades de gases de efecto invernadero a la atmósfera: esta planta de biomasa de 2,50 MW de potencia sustituye esos combustibles por la cáscara de arroz, un residuo agrícola totalmente renovable y mucho menos contaminantes. Además, la planta mejora las condiciones de vida de la población, generando puestos de trabajo directos, indirectos y nuevas fuentes de ingresos como consecuencia de la puesta en valor de los residuos y la disponibilidad de energía en la zona.